miércoles, 7 de diciembre de 2011

No hay noche tan larga que no termine en día.

Las compras de la mañana, arreglar la casa, limpiar, pensar qué te vas a poner, quedar con amigos, cantar en la ducha, comerte un algodón de azúcar como si fuera la última vez que te vas a comer uno, reír, recordar viejos tiempos, pasear, quedarte pensativa, volver a reír, llorar, ver tiendas, cantar en la calle, contar chistes tontos de los que solo tú encuentras la gracia, jugar en un parque de noche...




                  ...definitivamente, la vida sigue donde la dejaste.

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