domingo, 19 de julio de 2015

La mañana

¿Y qué pasa si empezamos a abrir los ojos, a desperezarnos, a notar la luz del sol? Al principio molesta hasta que te acostumbras, lo mismo que nos acostumbramos a la oscuridad.

Podemos intentar a despertar tomando poco a poco conciencia de que estamos aquí, de que hoy es hoy y ya es muy tarde para seguir obviando que la mañana está golpeando fuerte la ventana con sus sonidos, su energía, su luz y ya ni siquiera apetece seguir en la cama.

Era necesario ese momento de oscuridad, pero ahora, lo que ahora prima, es el seguir el ritmo de la vida que hay a nuestro alrededor.

Y es que ahora hasta puedo oler flores que ni me paraba a oler, comidas, viajes, películas...
Parece que la noche duró más de lo esperado, pero como la vida no espera, aquí estoy, intentando hacerme cada vez más a este nuevo día... Con calma y disfrutando.

Con la certeza de que vendrán más noches.

Con la esperanza de que a cada noche le seguirá una mañana.